Venecia es la ciudad más linda del mundo, como me corrigió mi amigo Andrés, cuando dije que era la más linda de Italia.
Esta ciudad encanta porque en cada rincón encuentras algo bello cada canal, puente, callejuelas, los Vaporetti, las decenas de Iglesias, los museos, los Palacios… todo.
Hicimos esta Escapada ya que el lunes 3 de octubre para nosotros fue festivo y encontramos (mi Franz lo hizo), una buena oferta de vuelo y hospedaje… así es que nos decidimos y partimos.
El viernes cuando llegamos llovía a cántaros… y pensamos que sería así todo el fin de semana, ya que la semana anterior y hasta el miércoles hubo «Acqua Alta», así nombran en Venecia, cuando sube el nivel de agua en la laguna y la ciudad se «inunda», entonces tienes que usar botas de agua para recorrerla o si no mojarte los pies, porque a veces el nivel del agua llega a medio metro de altura . Lo bueno fué que sólo llovió el viernes.
En Venecia tienes en cada Campo (plaza) al menos un lugar para comer y un Café, independiente del barrio donde te encuentres, éso lo hace muy práctico para los turistas. El viernes al llegar a la posada estábamos mojados, así es que lo único que queríamos era una comida caliente; dejamos nuestras maletas y siguiendo las instrucciones de nuestro anfitrión Fabio. Así fue que pasando el puente frente a la Plaza encontramos varias alternativas para cenar. Hubo mucho donde elegir, pero finalmente entramos al único que a esa hora tenía sopa, se llama Levante; es un muy buen restaurante y la relación precio/calidad/cantidad fue óptima, si lo comparamos los restaurantes de los barrios San Marco o San Polo. Terminamos el día dando un pequeño recorrido antes de ir a descansar.
En éste mapa se pueden ver los barrios en que Venecia se divide. Los más turísticos son San Marco, Dorsoduro y San Polo. Desde el sábado afortunadamente el sol nos brilló, y nos permitió recorrer sin entrar a los museos, que es siempre la mejor opción cuando llueve. Eso sí, visitamos varias exposiciones que aún quedaban de la Bienal de Arte de este año, como eran pequeñas, en unos 20 minutos ya estaban recorridas. Entrar a las muestras de arte moderno fue una experiencia nueva, la mayoría de estas exposiciones están en iglesias, carentes de sacerdotes o congregaciones que las mantengan y se las han entregado a la ciudad para que las administre. Había exposiciones bastante vanguardistas, donde es difícil entender qué quiso expresar el autor de esas obras, las que en algunas casos, en mí opinión, solo buscan provocar controversia. Nosotros preferimos el arte convencional-tradicional. En fin, quizás transcurridos 100 ó 200 años, éstos artistas serán los grandes maestros, como para nosotros son ahora El Tintoretto, Monet, Van Gogh.
Canareggio
Estuvimos hospedados en el distrito de Canareggio, en una posada del barrio judío que tiene sólo 8 habitaciones, todas tienen baño y ducha, y una de ellas tiene capacidad para 4-5 personas, nosotros tuvimos la suerte de tener una habitación vista a la plaza. El edificio tiene más de 400 años y lo han adaptado muy bien a las necesidades de la vida de hoy. El desayuno está incluído y el precio está bueno. Me van a creer que siendo tan pequeña la posada, en el desayuno del sábado había un chileno también hospedado y el domingo llegó una familia chilena también… qué coincidencias. Puedes reservar directamente Fabio. www.locandadelghetto.it
La posada está en un barrio donde viven italianos comunes y corrientes, asimismo, varios que son judíos ortodoxos. De hecho, la posada está ubicada al lado de una Sinagoga. En las fotos que preceden, hay una vista de la plaza frente de la posada y una vista desde nuestra ventana. Podemos ver un Pozo y una llave que dispensa agua, característica de muchas plazas y típico de Italia, el agua potable en lugares públicos así es que puedes rellenar tus botellas de agua mientras recorres la ciudad y saciar la sed.
El sábado lo dedicamos a recorrer el barrio judío y Cannaregio. No quisimos ir directamente al centro, porque los fines de semana hay muchos turistas. Además, en esos días se estaba celebrando los 1600 años desde la fundación de la ciudad y tenían muchos eventos extras a los de la Bienal.
Entre los pequeños Campos y canales se puede ver el día a día normal de los venecianos; Canareggio mira hacia la Isla San Miguel, que es el Cementerio de Venecia.
Recorrimos la costanera disfrutando del soleado sábado que se nos regaló. También fuimos espectadores de ver el bote recolector de Basura y un bote Ambulancia. ¡Me encanta Venecia! cada rincón tiene su toque de único, los edificios centenarios aún en pie, la ropa tendida que es parte del paisaje, bueno no sólo aquí… eso es muy típico en Italia.
Campo dei Mori – Plaza de los Moros
Esta plaza está dedicada a tres hermanos que provenían de una familia adinerada y que llegaron a Venecia desde Morea, eran mercaderes, en una época en la que el comercio entre oriente y Venecia era muy activo. Aquí quedaron inmortalizados, vistiendo las típicas túnicas y turbantes de oriente. Habitualmente la palabra Moro alude a negro, en este caso la denominación es porque vienen de la región de Morea.
La casa donde vivió El Tintoretto queda a unos 15 metros de la Plaza y de este restaurant llamado el Huerto de los Moros, lamentablemente no es posible visitarla, tiene sólo una referencia en la entrada, .
Chiesa Madonna del´Orto – Iglesia Nuestra Señora del Huerto
La Iglesia Nuestra Señora del Huerto, está muy cerca de la casa del Tintoretto. el altar y otras capillas están bellamente decoradas varios cuadros de él, en este lugar, además fue sepultado ya que era feligrés de la iglesia, para nosotros esto hizo más significativa la visita.
La iglesia es de estilo gótico, se construyó en el siglo XIV, sin embargo, así como hoy la vemos data desde 1464, año en que se terminaron algunas restauraciones. La fachada actual tiene sus lados inclinados y ahí alberga a los doce apóstoles en 6 nichos góticos a cada lado; sobre la puerta de entrada están representados a la derecha la Virgen María, a la izquierda el arcángel Gabriel y arriba San Cristóbal. El campanil tiene una cúpula de cebolla de estilo oriental, que se terminó de construir en 1503. En sus inicios la Iglesia fue dedicada a San Cristóbal.
Las pinturas más grandes adornan en lateral el altar. A la derecha está El Día del Juicio final y a la izquierda la Adoración del Becerro de Oro.
Aquí a la derecha la Presentación de la Virgen en el Templo y a la izquierda Dios en la Gloria.
Aquí apreciamos la nave central, sus hermosos cuadros y el órgano, que es uno de los más potentes en Venecia.
Aquí está sepultado el Tintoretto, siempre hay flores sobre su lápida.
En la tarde fuimos a la Giudecca, una islita muy tranquila frente a Venecia y disfrutamos un Aperol al atardecer, mirando la iglesia de la Salud, el campanil de San Marco y el palacio del Duque. Estar en la Giudecca hace olvidar que estás en Venecia, porque es muy tranquilo, hasta la gente que trabaja ahí disfruta de ello porque enfrente es un mar de turistas. Los precios de hospedaje y de comida son también bastante más económicos. En este viaje disfrutamos cada tarde de un Aperol, en verano nos gusta beber uno, porque refresca, no es dulce y su aporte alcohólico es bajo.
La comida en Italia es siempre una delicia y los postres son fundamentales para finalizar bien un almuerzo o cena… al menos para nosotros. Esta vez el Tiramisú, la Crema Catalana y el helado se llevaron nuestra mayor puntuación.
Luego del Aperol en la Giudecca, ya de noche visitamos la Plaza San Marcos y escuchamos los diferentes grupos que tocan para los cafés más famosos de Italia. Estos cafés tienen precios bastante caros, un café cuesta entre 13 y 15 euros. Cabe destacar que aquí en la Plaza San Marco está el café más antiguo de Europa “Florian” que data de 1720.
El domingo fue dedicado a la isla de Burano, queda muy cerca de la famosa Murano. Esta islita tiene sus casas pintadas de colores, como en el Cerro Alegre de Valparaíso. Fue muy lindo recorrerla y disfrutar de sus calles y canales.
Antiguamente los hombres de la isla se dedicaban a la pesca y dice la historia que cuando bebían mucho luego de trabajar, el tener pintadas las casas de colores, les ayudaba a encontrar la propia. Para ayudar a la economía de la familia, las mujeres se dedicaron a los bordados. Destaca desde lejos el campanil inclinado de la Iglesia de San Martino.
Torcello
También visitamos otra pequeña isla en frente de Burano, que se llama Torcello. También visitamos otra pequeña isla en frente de Burano, Torcello que fue en los primeros siglos el asentamiento del Obispo. En esos tiempos el comercio en Torcello era más activo que en Venecia. La isla llegó a tener más de 30 mil habitantes. En el siglo XII comenzó a perder relevancia porque la laguna bajó su nivel de agua, lo que dificultó la navegación de los barcos y luego fue azotada la Malaria. Hoy cuenta sólo unos 20 habitantes.
Allí encontramos la Basílica Santa María Assunta que tiene sus fundamentos desde 640 a.C., posee unos mosaicos bizantinos maravillosos, que sólo se pueden comparar a los de la Iglesia de San Marco, claro que no tan grandes. Cuenta un campanil que se puede visitar, desde arriba uno se deleita la vista a la laguna.
La Iglesia de Santa Fosca, es una iglesia de estilo románico, nos quedó pendiente visitarla dentro, ya que el tiempo se nos hizo poco y cuando terminamos de visitar la basílica, Santa Fosca estaba cerrada.
Venecia de noche
Fotografiar las ciudades de noche nos encanta, aquí les dejo algunas impresiones de Venecia iluminada. El puente de los Suspiros, edificio rojo en el gran canal, la iglesia de la Salud y la plaza San Marco.
El domingo estuvimos en el centro mismo. Primero fuimos a la Plaza San Marco, para fotografiarla de día, y luego nos fuimos a recorrer otros rincones en el centro.
En una de ésas nos encontramos la Escuela Naval, tiene una entrada preciosa, hay dos grandes torres que custodian a los visitantes, un edificio muy imponente y bien decorado en el acceso peatonal y en la entrada el canal.
Acqua Alta
Esta librería es muy especial, se dedica a la venta de libros nuevos y usados. Es posible encontrar todos los temas imaginables precios también muy variados, dependiendo de la edición y presentación del libro. La curiosidad son los gatos que reciben a los visitantes ya sea a la entrada o en la Caja, parecen estatuas. Lo más especial es que al final de la tienda hay un pequeñísimo patio donde tienen los libros que se han mojado las Acqua Alta, para no botarlos los amarraron e hicieron una escalinata que se puede trepar lo aporta un toque diferente al lugar. Además, en medio del pasillo principal hay una Góndola llena de libros y donde a veces también encuentras algún gato. En Es un lugar digno de visitar.
Caminando el tiempo vuela así fué que alrededor de las 14 hr almorzamos y luego nos fuimos hacia el Puente Rialto, donde queda un lujoso centro Comercial llamado Fondaco dei Tedeschi, el Depósito del Alemán, es una tienda como Lafayette en Paris. En este lugar alemanes tuvieron su centro de negocios en Venecia. Desde 2016 funciona como tienda. El edificio tiene una terraza desde la cual se puede fotografiar los tejados y campaniles de Venecia, pero hay que hacer una reserva, ya que la terraza es pequeña y sólo es posible un máximo 15 personas en cada grupo.
Después nos fuimos a buscar las maletas y luego a tomar el bus para ir al aeropuerto. Echaré de menos viajar en los Vaporetti… son tan típicos… amo Venecia. Hasta la próxima.
























































































